domingo, 31 de mayo de 2009

Sin puntos cardinales


Me pediste que aprendiera a esperar, me prometiste que seríamos descubridores y navegantes, me enseñaste que cada uno en su barco dirigía su rumbo hacia el otro. Yo sentía que viajaba haciendo círculos en el agua, entonces me convenciste que avanzábamos en espiral, por el mismo sitio, pero desde otro espacio, con más sabiduría, profundizando este amor distinto y extraño, absurdo y maravilloso.


Y yo aprendí a manejar el timón de mi propio barco, asustada e insegura, sintiendo que núnca habría llegado a conocer tan a fondo mis corrientes de agua si no fuera porque te hallé entre el caos y el control.


Y cuando te preguntaba en qué clase de nave viajabas hacia mí, me hablaste de una gran variedad de posibilidades y te creí. Tanto te creí que me convertí en una princesa marinera con tal de subir a tu barco azul de pirata.


Ahora estoy a la deriva, buscando puntos cardinales en mi brújula sin imán. Ibamos a contar los mares juntos y amanece y no estás. ¿Dónde está tu puerto? ¿Dónde está?

2 comentarios:

  1. Por qué yo? por qué Alhaurín? por qué puntos cardinales? Me da a mi en la nariz que nos conocemos no es así?

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