sábado, 28 de marzo de 2009

Cadena perpetua

Hay tantos secretos en mí que no me pertenecen;
tantas historias ocultas y dolorosas
que guardo en mi interior sin poder sacarlas de ahí.

Secretos que desearía no conocer ni saber
porque me esclavizan en un silencio
que llena un trozo de mi vida que no es mío.

Desahogos contínuos que me secan mis energías
y me hacen dudar de lo aprendido;
de lo que toda mi vida creí y valoré.

Son rejas que el destino va colocando
en una cárcel ajena porque estas semillas
no han sido sembradas por mí.

Tengo que aprender a escapar;
a reconocer que nada de eso me pertenece
y que no debo interiorizarlo ni dejar que me afecte.

Es tanto el dolor ajeno en mí, que difícilmente puedo controlar
dónde separar mi vida y mis acciones de las acciones de los demás,
y que han llegado a mi vida en forma de un simple secreto.

Mas ése es el precio de ser uno con todos,
de ser uno para todos, de escuchar sin poder hablar;
ése es el poder de guardar un secreto,
de que confíen en uno, de que sepan que no fallarás
y que tu boca, siendo una tumba fría, cerrada permanecerá
...

No hay comentarios:

Publicar un comentario